viernes, 26 de diciembre de 2008

¡La plaza se copa! - La Oruga, colectivo autónomo de recreación y educación popular

Durante la década del 90 en nuestro país se consolidó un proceso que había comenzado muchos años antes, en los oscuros días de la dictadura: el abandono de lo público a favor de lo privado, cuyo ejemplo más citado es la privatización de las empresas estatales. Este aspecto del neoliberalismo económico fue acompañado por un proceso similar en el ámbito de la cultura y las relaciones humanas, que fue socavando la solidaridad y el encuentro con los otros, es decir que repercutió en la vida cotidiana no solo desde lo económico (con la paradoja de la flexibilización laboral al mismo tiempo que se impulsaba la idea de que entrábamos en el primer mundo, que podíamos comprar muchas cosas y esto nos haría más felices) sino también desde las prácticas y las relaciones. Lentamente, las prácticas comenzaron a cambiar al ritmo en que el modelo impulsaba el consumismo (¿una de las causas?): el espacio público, la plaza, la vereda se vaciaron y se cambiaron por la solitaria privacidad del hogar, que ofrecía el disfrute de la videocassettera, la recién masificada TV por cable y el Family Game. Paralelamente, y como consecuencia de la combinación de estos fenómenos, la inseguridad crecía y la reforma educativa de 1994 terminaba de hacer trizas la educación, generando mayor desigualdad y exclusión.
En este contexto creció la mayor parte de los integrantes de La Oruga, un colectivo autónomo de recreación y educación popular que desde 2004 decidió recuperar la plaza de México y Jujuy, en el barrio porteño de Balvanera, como lugar de encuentro, participación, resistencia y lucha mediante la organización de talleres de plástica, apoyo escolar, juegos y hasta una biblioteca popular “desarmable”.

Todo comenzó cuando una asamblea popular de Balvanera decidió extender sus actividades a la escuela Nº 15, fomentando la organización de la escuela y de los alumnos de 6to grado a través del juego. La idea de la educación popular como transformadora social los impulsó al trabajo con los chicos, pero la imposibilidad de algunas personas de asistir a la escuela, sumada al entusiasmo por la respuesta de los pibes, llevó a la calle este proyecto con el fin de sumar a todos los que tuvieran ganas de participar, incluidos los adultos: “La idea era combinar las dos formas, una cosa era estar adentro del aula y otra cosa es estar en la plaza, con otras posibilidades de espacio, de actividades, de relación y vinculo. Después, conociendo el barrio y a la gente nos dieron ganas de salir de la plaza y trabajar el barrio desde otro lado”, nos cuenta Lorena, una de las integrantes de La Oruga. Es por eso que desde el año pasado armaron una comisión de vivienda, dados los altos índices de precariedad habitacional y desalojos que registra esta zona de Bs. As.

Hormigas:
Los talleres originalmente estaban ligados a la educación, pero el trabajo de la comisión de vivienda excede lo educativo, ¿Cuáles son los objetivos generales de La Oruga?

Lorena: Hay un objetivo unificador: el de la organización para la transformación de las cosas, del mundo como está dado, para eso pensamos que la organización popular es el modo. Desde el juego con los chicos o desde el trabajo con vivienda nuestro objetivo es que se ganen herramientas para la organización, desde lo colectivo, compartiendo con un grupo. Y en ese sentido intentamos que el trabajo de vivienda también siga en el camino de la educación popular, para nosotros eso es educativo también porque ante una situación que muchas veces se ve como natural, intentamos problematizarla, pensarla. La educación popular es una instancia de problematización, pensamiento y lucha.

Y Horacio, otro de los compañeros “oruga”, agrega que “si bien parece que con lo de vivienda se va de lo que es la educación, me parece que se retoma con esto de que construimos con el otro. Aunque es distinto que hacer talleres de plástica, guarda toda esa esencia de trabajar con el otro, de cambiar el mundo entre todos.”

Actualmente funciona en la plaza un taller de plástica para los más chiquitos, que cuenta con unos 20 asistentes; una juegoteca que funciona con la lógica de una biblioteca, donde los chicos encuentran pelotas, sogas de saltar, juegos de mesa para compartir con otros chicos, con adultos o con los mismos integrantes de La Oruga; y una biblioteca para chicos y grandes, de alrededor de 600 socios, que cada sábado se arma sobre el pasto de la plaza, previo remolque de los libros en carretilla desde el edificio de Brukman. Paralelamente, se ofrece alfabetización para adultos y apoyo escolar en la organización barrial Caminos Abiertos, a 5 cuadras de la plaza, espacio que cuenta además con una escuela primaria para adultos. Pero esto no es todo: cada dos meses, y con la participación activa de los vecinos, se edita Qué lo parió, un periódico con noticias de San Cristóbal y Balvanera, que se reparte “puerta a puerta” y de manera gratuita entre los socios de la biblioteca en la primera tanda y luego a todo aquel que se acerque a la plaza. Además, el periódico incluye un juego e información sobre las actividades que se están realizando. “Usamos el periódico como una forma de relacionarnos con los otros, con otras organizaciones o con cosas que están pasando en el barrio, para difundirlas, como una forma de vinculación. Por ejemplo desde el verano compartimos el espacio con la murga Los Presumidos del Carnaval. Se hizo un especial de carnaval y se le ofreció si querían escribir ellos desde su punto de vista sobre qué es el carnaval. Y salieron los chicos de periodismo una noche a hacer una recorrida con la murga por los corsos”, nos cuenta Florencia, sentada en la mesita de cemento de la plaza.

Además de la relación con los chicos de la murga y de la colaboración y el apoyo que presta Caminos Abiertos y los trabajadores de Brukman, La Oruga está vinculada con otras organizaciones, pero siempre manteniendo su independencia: compañeros de la Facultad de Psicología (UBA), trabajadores del hospital Ramos Mejía, la iglesia Santa Cruz, la asamblea barrial Vecinos de la Plaza (que funciona ahí los domingos). Organizan festivales, como el que se dio el año pasado en apoyo a la lucha de los trabajadores del Hospital Francés y del subte H (en el intento de organización para que no se privatizara la nueva línea) o como el que se hizo el pasado 24 de agosto junto a Caminos Abiertos, Agitá Grupo, Ñaca, Contransporte, Murga Los Chicos de la Oculta y Grupo Misión, en una jornada en la que participaron más de 400 personas, con música, teatro, juegos y malabares.
Anochece en la ciudad, sopla un vientito frío en la plaza. La oruga que mira sonriente delante de la estrella roja pintada sobre esa bandera que flamea, baja lentamente mientras uno de los chicos la descuelga. Los libros ya están guardados en las cajas, listos para el viaje en carretilla. Más allá, guardan los últimos juegos de la tarde, mientras Florencia, Lorena y Horacio insisten en la invitación a participar activamente en cualquiera de los espacios de La Oruga, aun a gente que no sea del barrio.

Tal vez el contexto de los 90, que dejó consecuencias despiadadas para quienes crecieron en esos años (pobreza, exclusión, violencia, bajísimo nivel educativo), haya influido mucho en los integrantes de este colectivo. Pero, por suerte, todo lo negativo que tuvo esa década y que todavía seguimos padeciendo en tantos aspectos, fue tomado por los jóvenes de La Oruga, asumido concientemente y se pusieron a trabajar para revertirlo. Lograron recuperar ese espacio público que era visto como ajeno o peligroso, lograron la participación de los vecinos, la comunicación entre ellos, recuperaron el juego grupal, la vinculación de los chicos con el barrio y con sus pares. Lograron que lo que es de todos pueda sentirse asi: propio, para cada uno de nosotros.


La Oruga, colectivo autónomo de recreación y educación popular

Dónde están: en la plaza de México y Jujuy, Balvanera.
Cuándo: todos los sábados entre las 15 y las 18
En la web:
http://www.laorugaweb.com.ar/

viernes, 18 de abril de 2008

¡¡¡UN AÑO DE HORMIGUERO!!!


El 17 de Abril de 2007, hace un año, apareció el primer número de Revista El Hormiguero. A todos los que colaboran en este "proyectito", a los que creen en el, a quienes lo leen y escriben lindos comentarios, MUCHAS GRACIAS!!!



SE VIENE EL NUMERO 4!!!


En pocos días un banda de hormigas caminadoras comenzará a repartir el cuarto número. Edición especial de cumpleaños, con notas escritas por hormigas y hormigos amigos. No te lo pierdas!!