jueves, 5 de julio de 2007

Agenda agosto

Viernes 10

Cine. “Tapas”, de José Corbacho y Juna Cruz, 20:00 hs.
Cine español reciente. Entrada libre y gratuita.
Cine de la Universidad Nacional de Lanús, 29 de Septiembre 3901, Remedios de Escalada, Lanús. Las entradas pueden retirarse desde las 19 Hs.

Música. Segundo Festival de Jazz y Músicas Populares Contemporáneas, 20:30 Hs.
Pablo Gómez Trío y Gabriel Colauti Trío.
Salón Auditorio, Universidad nacional de Quilmes, Roque Sáenz Peña 352 Bernal

Sábado 11

Música. Borregos Border, 01:00 Hs.
Entrada $
Peteco’s, Av. Meeks y Garibaldi, Lomas de Zamora. Tel.: 4292-0493

Viernes 17

Cine. “Tiempo de vivir”, de Francois Ozon, 20:00 hs.
Con Jeanne Moreau. Entrada libre y gratuita.
Cine de la Universidad Nacional de Lanús, 29 de Septiembre 3901, Remedios de Escalada, Lanús. Las entradas pueden retirarse desde las 19 Hs.

Viernes 24

Cine. “El laberinto del fauno”, de Guillermo del Toro, 20:00 hs.
La España fascista de los cuarenta ambienta un relato entre la realidad y la más libre fantasía. Con Maribel Verdú y Ariadna Gil. Entrada libre y gratuita.
Cine de la Universidad Nacional de Lanús, 29 de Septiembre 3901, Remedios de Escalada, Lanús. Las entradas pueden retirarse desde las 19 Hs.

Música. Segundo Festival de Jazz y Músicas Populares Contemporáneas, 20:30 Hs.
Se presentarán los compositores e instrumentistas Martín Proscia (saxo alto) y César Vernieri (piano).
Universidad nacional de Quilmes, Roque Sáenz Peña 352 Bernal.

Sábado 25

Música. Bajo Llaves, 23:30 hs.
Entrada $ 4
Fala Bar, Av. Galicia 40, Avellaneda.

Música. Timaias Reggae, 00.00 Hs. Entrada gratuita.Grooveland, Av. Hipólito Irigoyen 2166, Avellaneda.

Viernes 31

Música. Segundo Festival de Jazz y Músicas Populares Contemporáneas, 20:30 Hs.
Trío Huayno, integrado por José Saluzzi (guitarras y composición), Hernán Gresko (contrabajo) y Facundo Barreyra (batería). Raíces sudamericanas con música de cámara y jazz.

Agarrate: ¡Catalinas!

olaborar con la vinculación, estímulo y difusión del arte que surge de la actividad independiente de mujeres y hombres comunes, de cada barrio, de cada comunidad, es el propósito de El hormiguero.
Por esa razón cruzamos el Riachuelo, para encontrarnos con los protagonistas del teatro comunitario con mayor trayectoria en este ambiente: el Grupo de Teatro Catalinas Sur. Esta agrupación, que funciona desde 1983, está ubicada en el barrio de La Boca y sus principales obras son El Fulgor Argentino, Venimos de muy lejos y La Catalina del Riachuelo, entre otras.
El reconocimiento del “gran público” no los ha desplazado de su idea fundante, una concepción del arte participativa y plural: “Somos vecinos que hacemos teatro para otros vecinos y que vemos en el arte una forma de comunicarnos y de transformar la sociedad”.
Entre otras actividades, se desarrollan diversos talleres, como el de títeres que cumple su décimo año. Entrevistamos a Ximena Bianchi, vecina del barrio y directora del grupo de titiriteros. De personalidad dinámica y cuerpo movedizo, afable y conversadora, cuesta imaginarla desapareciendo tras el cuerpo de un muñeco cuando se apagan las luces y comienza la función.

¿Cómo es expresase a través de los títeres en lugar de hacerlo con la exposición del propio cuerpo?

Los títeres son un lenguaje, así como lo es el “teatro de personas” o la música. Además de los muñecos, en los espectáculos trabajamos con varias técnicas, canto, actuación. Uno elige la técnica que más le sirve para dar el mensaje que quiere. Nos gustan mucho los títeres, nos parece que tienen una potencia de llegada muy interesante en el espectador.

En general, el teatro de títeres es considerado un género menor...

Tiene cosas a favor y en contra: la gente a los muñecos les perdona todo, por esa recepción tan especial, emocionan más. Pero es tomado como un arte menor porque mucha gente se queda solo con eso. Con que el títere se mueva no alcanza. Nosotros estamos totalmente en contra de esa idea. Un buen espectáculo para niños, lo disfruta también el adulto. Este tipo de espectáculo toca los temas con un lenguaje comprensible para niños, pero un adulto tiene que poder disfrutar de eso, no alcanza solo con la simpatía del títere.

En cuanto a la idea sobre el arte, Ximena plantea la función social que el mismo debe cumplir.

¿Cómo es concebido el arte en Catalinas?

Nosotros creemos en el arte como transformador social. El arte implica, entre otras cosas, imaginación y en esta sociedad es una de las primeras cosas que nos cortan. Si uno no tiene imaginación no puede pensar un mundo mejor. A partir de que uno puede empezar a imaginar, puede pensar otro mundo. Los grandes cambios surgen de cambiar las pequeñas cosas. Cuando se da cuenta de que juntándonos un proyecto colectivo empieza a tomar carrera, la gente se entusiasma y le da mucha potencia. Esto es muy transformador en una sociedad donde nos han vendido el “quedate en tu casa quietito y no te juntes con el otro que es malo”. Nuestra manera de resistir es juntarnos, generando un hecho artístico en donde seamos protagonistas de la cultura y no consumidores. Y a partir de esto transformarnos a nosotros mismos y a nuestros vecinos.

En línea con esta concepción del arte, Catalinas y el Grupo de Teatro Calandracas, propusieron a vecinos de otros barrios generar sus propias experiencias expresivas, a partir del relato de sus historias. De esta iniciativa han surgido 28 agrupaciones teatrales comunitarias que actualmente conforman una red, apostando al trabajo conjunto, aunque cada agrupación tenga su autonomía.

¿Cuál fue la respuesta de la gente ante estas propuestas?

El auge del teatro comunitario surgió en el 2001, consecuencia de la situación social de entonces, porque la gente necesitaba a su vecino. Ante la necesidad, la gente empieza a juntarse. El tema es cómo sigue, porque la sociedad argentina es muy individualista, entonces prevalecen las diferencias. Las diferencias entre los seres humanos siempre existirán, pero el aglutinarse bajo un objetivo común hace que cuando el carro anda se acomoden los melones. Ahora el mercado también separa, hay muchos rubros para cada edad, preferencias, porque es lo que conviene económicamente. Lo que hay que lograr son cosas que nos unan, recomponer el tejido que está roto.

Catalinas apuesta al arte como una dimensión más a desarrollar en la vida de cada uno de nosotros y no como una capacidad inherente a determinados sectores sociales o personas “talentosas”: “Creemos que el arte como transformador social nos pertenece a todos. Los artistas no deben estar separados de la gente”, sostiene Ximena. Así es que los espectáculos integran gente de todas las edades: Tobías y Zoe Mitre, de 7 y 5 años, también manejan títeres. Tobías llegó al grupo cuando tenía solo 4 meses, ya que su mamá participaba allí. Actualmente, Toby está a cargo de uno de los murciélagos, los grillos y las luciérnagas de La Niña de la Noche y comparte las actividades con Zoe, su hermanita.
Este grupo de utópicos, como suelen definirse, ha conseguido mucho más que premios y fama: ha impulsado el arte popular, ha contagiado las ganas de modificar la sociedad a partir del arte y la convicción en lo que se hace y lleva a cabo una admirable tarea artística y social. Todo esto han logrado “En un mundo que habla de la muerte de las ideologías, donde la inseguridad hace que estemos quietitos en casa”, como dice Ximena.




Grupo de Teatro Catalinas Sur

Dónde está: A. Pérez Galdós 93, La Boca
Contacto: 4307-1097 / 4300-5705
www.catalinasur.com.ar


Si querés ver las notas completas, buscá El Hormiguero versión papel!

Murguita del sur...

Pícaro crítico del poder, el carnaval ha sido el espacio en el que las clases populares expresaron sus descontentos y la trasgresión a las reglas en busca de la igualdad social negada. Esta forma de resistencia alegre, esta rebelión en clave de baile y percusión, es un quiebre en el espacio-tiempo cotidiano que permite la suspensión de los roles vigentes y la ilusión de poner el orden “patas arriba”.
En esta línea se inscribe la murga Espíritu Cascabelero, de Lanús, formada a principios de 1999 como consecuencia del desprendimiento de murgueros de otras agrupaciones, que convocaron a la gente del sur para sumarse a este proyecto. Luego de elegir democráticamente el nombre y los colores que los representarían, los chicos empezaron a reunirse dos veces a la semana en la Plaza Sarmiento: “Ni bien armamos el nombre nos pusimos a bailar en la plaza, aunque no sabíamos nada de nada”, cuenta uno de los primeros chicos en sumarse. La evolución de la murga es notable: en el comienzo eran apenas 20 integrantes, hoy suman alrededor de 60 (con una numerosa incorporación de mujeres), confeccionan sus propios trajes y renuevan anualmente su espectáculo, buscando innovar en la percusión y el baile. “Durante el año renovamos la actuación; cada presentación de Espíritu tiene una temática y un nombre. La de este verano fue El trencito de la alegría, donde uno de los murgueros representaba a una persona del barrio que se quería ir de Argentina. Nosotros, por medio del Trencito, tratábamos de convencerlo de que no se fuera, haciendo un recorrido por los lugares más conocidos de Buenos Aires”, cuenta entusiasmada Sabrina. Cada noviembre el nuevo espectáculo es presentado a los vecinos del barrio en un pequeño corso, para arrancar el próximo febrero con el corso original, en el que actúan murgas invitadas, grupos de percusión y bandas.
Espíritu no se queda sólo en el sur: “Recorremos todos los corsos de Buenos Aires. También hay fiestas murgueras. Por ejemplo, en La Plata se hace una fiesta en diciembre y marchan todas las murgas. Además participamos de encuentros que se hacen afuera, como el de Suardi (Santa Fe), donde se reúnen todas las murgas de Argentina”. Además, los chicos participan de festivales a beneficio de comedores, víctimas de catástrofes y escuelas para discapacitados.
Sin embargo, no todo fue fácil en la murga, ya que una gran convocatoria en la plaza, en febrero de 2006, padeció un atropello por parte de las autoridades: “Como Espíritu había crecido, venían más murgas y por lo tanto más público. Habíamos decidido pedir seguridad, una patrulla que diera unas vueltas, porque sabíamos que las familias se iban a quedar hasta la madrugada y queríamos tener tranquilidad. En la comisaría la solicitud fue en principio bien recibida. Pero el día del show, a punto de arrancar, con toda la murga vestida, maquillada y la escenografía montada, vino un patrullero y de muy mal modo nos pidió los permisos. No estábamos haciendo nada malo, era solo un corso. Además, hacía siete años que estábamos en la plaza...”, cuenta Sabrina. Ante este conflicto, la murga se movilizó y encontró el apoyo de los medios de comunicación locales y de los vecinos, que aportaron sus firmas para el regreso de los corsos a la plaza.
Estos cascabeleros devolvieron al barrio el espíritu olvidado: impulsaron la fiesta popular y el reencuentro de los vecinos en la plaza, considerando que este sitio es el lugar adecuado para el intercambio cultural y artístico.

Día del Murguero

Las murgas festejarán cada 18 de diciembre el Día del Murguero. Ese día de 2006, en Mendoza, una murga hizo un corso en la calle. Un automovilista quería pasar con su auto; atravesó todo el corso y atropelló y mató a dos murgueros.


Espíritu Cascabelero

Fecha de nacimiento: 14 de marzo de 1999
Colores: bordó, plateado y verde
Dónde están: Sábados desde las 16 y lunes desde las 18:30, en Plaza Sarmiento, Av. 9 de Julio 1900, Lanús.
Contacto: murgaespiritucascabelero@hotmail.com
Flog:
www.fotolog.net/loscascabeleros